No basta con existir. Hay que ocupar un lugar claro.
¿De qué sirve tener una buena marca si nadie la recuerda?
En un mercado saturado de mensajes, productos y marcas que
parecen iguales entre sí, el posicionamiento no es un lujo: es supervivencia.
Y más que una técnica de marketing, el posicionamiento es
una decisión estratégica:
¿Qué lugar quieres ocupar en la mente y en el corazón de tu
cliente ideal?
¿Qué es posicionamiento de marca?
Es el proceso de definir con claridad cómo quieres que te
perciban, por qué deberían elegirte y qué te hace distinto o mejor para ese
público específico.
Al Ries y Jack Trout —dos grandes del marketing estratégico—
lo dijeron claro:
“El posicionamiento
no se hace en el producto, se hace en la mente.”
Y Kevin Lane Keller lo complementa con un enfoque más
emocional:
¿Cómo saber si tu marca está mal posicionada?
¿Tu cliente no entiende bien lo que ofreces?
¿Te comparan con marcas que no tienen nada que ver contigo?
¿Sientes que compites por precio, no por valor?
¿Estás presente pero no preferido?
Entonces es hora de revisar tu posicionamiento.
Métodos para identificar tu diferenciador
1. Analiza a tu competencia (sin copiarla):
¿Qué dicen? ¿Qué prometen? ¿Qué emociones usan?
¿En qué se parecen entre sí y en qué podrías desmarcarte tú?
2. Conversa con tus clientes actuales:
¿Qué valoran de ti? ¿Por qué te eligen? ¿Qué frase repiten
cuando te recomiendan?
3. Mira hacia adentro:
¿Qué te hace diferente no desde el producto, sino desde tu
enfoque, tus valores, tu método o tu historia?
4. Haz un mapa perceptual simple:
Ubica tu marca en relación con otras según atributos clave
(precio, diseño, cercanía, expertise…).
Cómo crear tu propuesta de valor en 3 líneas:
1. ¿Qué haces?
(Ejemplo: Diseñamos marcas con coherencia visual, verbal y
espacial.)
2. ¿Para quién lo haces?
(Ejemplo: Para negocios y marcas personales en crecimiento.)
3. ¿Por qué elegirte a ti y no a otro?
(Ejemplo: Porque unimos estrategia, comunicación y espacio
en un mismo enfoque personalizado.)
Y después… ¿cómo se mantiene ese posicionamiento?
- Asegurándote de que todos tus puntos de contacto refuercen esa idea: tu web, tu espacio físico, tu mensaje, tu atención al cliente.
- Ajustando tu discurso según el feedback del mercado (pero sin perder el núcleo).
- Repitiendo tu diferencial con consistencia (no cansancio): si tú no lo dices, nadie más lo va a entender por intuición.
El mercado no premia al que más habla, sino al que mejor se hace entender.
¿Tu marca se ve… pero no se distingue?
¿Sientes que estás presente pero no preferido?
Es probable que no tengas un problema de imagen, sino de
posición.
Y eso se puede trabajar.
👉 [Agenda una llamada
gratuita]
Comentarios